ENSXXI Nº 117
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2024
Crónica de las oposiciones a Notarías Madrid 2018
Notario de Madrid
OPOSICIONES A NOTARÍAS MADRID 2018
Cuando se lean estas líneas, los nuevos notarios habrán concursado por primera vez. Atrás quedarán las celebraciones, las Jornadas de la Granja, las vacaciones que parecían eternas y empiezan su carrera profesional. Para ellos la oposición ya es pasado, pero para aquéllos que quedaron en el camino y los que no se presentaron, así como para todos los preparadores que desinteresadamente dedican su tiempo y esfuerzo a la preparación, la rueda, que nunca se detiene, comienza de nuevo a girar.
Como es conocido la última oposición se celebró en el Colegio Notarial de Madrid, que estrenó para ello nuevas instalaciones diseñadas por las prestigiosas arquitectas Sol Madridejos y Ana Vinagre; y con dos tribunales, formados ambos por miembros experimentados, en los que al menos alguno de sus miembros ya habían formado parte de tribunales de oposiciones a notarías, y al menos dos miembros de cada tribunal habían participado en oposiciones entre notarios.
Esta oposición es la primera que se ha celebrado con el nuevo programa que es prácticamente idéntico en epígrafes, que no en tiempo, sobre todo en el segundo ejercicio, al programa de registros, lo que ha provocado un efecto llamada por el que varios de los nuevos notarios en algún momento de su preparación han opositado a registros.
El nuevo programa se ha actualizado introduciendo nuevas preguntas, que parecen haberse aprendido sin demasiada dificultad por los opositores porque no han sido temas que especialmente hayan suspendido.
Algunos han puesto en duda el enfoque excesivamente registral del nuevo temario, aunque en mi opinión no es del todo cierto, porque sin perjuicio de que contenga concesiones reproduciendo algunos epígrafes del antiguo programa de registros, difícilmente puede decirse que sea registral un temario que conserva dos temas de representación, que siendo cierto que contiene cuatro temas menos de sucesiones que el antiguo temario de notarías, incrementa en diez los temas de sucesiones que tenía el antiguo temario de registros, y sobre todo que a diferencia del anterior programa de notarías incluye en uno de sus temas el epígrafe “el valor sustantivo de la escritura”, pregunta eminentemente notarial y que para contestarla exige revisar los escritos del maestro Antonio Rodríguez Adrados, y nada hay más notarial que Adrados.
También el nuevo programa ha supuesto una reducción importante en el número de temas, si bien prácticamente se mantienen los mismos epígrafes que tenía el anterior programa con la dificultad de que se añaden nuevos epígrafes, lo que ha exigido un esfuerzo de síntesis por los opositores.
Es digno de elogio y esperemos que sirva de ejemplo a las oposiciones futuras el que los tribunales hayan tenido la visión de dejar un tiempo razonable entre primero y segundo ejercicio, y sobre todo entre segundo ejercicio y el dictamen.
En el primer caso, partiendo de los examinados en primera vuelta en el Tribunal 1 tuvieron entre primer y segundo ejercicio aproximadamente entre seis meses y medio (los primeros números de sorteo) y cinco meses (los últimos números de sorteo); siendo los datos del Tribunal 2 similares, el tiempo entre el primer llamamiento del primer ejercicio y el segundo llamamiento del segundo ejercicio ha sido de entre seis y seis meses y medio.
En definitiva, un opositor que haya aprobado el primer ejercicio en primera vuelta ha tenido entre cinco y seis meses para preparar el segundo. Éste es un tiempo prudente que permite a quienes vengan de registros adaptar los tiempos de registros a notarías, e incluso tener una oportunidad realista de aprobar a quienes antes de aprobar el primero no han tenido tiempo de estudiar el segundo ejercicio, o parte de él, o simplemente le han dado alguna vuelta, con lo que se favorece que se acorten los años de preparación de la oposición y la edad de los opositores que aprueban.
"Esta oposición es la primera que se ha celebrado con el nuevo programa que es prácticamente idéntico en epígrafes, que no en tiempo, sobre todo en el segundo ejercicio, al programa de registros"
Esta conclusión se ve reforzada por las notas del segundo ejercicio que no han sido malas, aunque han sido más bajas de las del primer ejercicio. Para esta conclusión se debe desechar el dato de la nota media (5,73 en el Tribunal 1 y 5,62 en el Tribunal 2) y de la nota máxima (7,20 en el Tribunal 1 y 7,50 en el Tribunal 2) y fijarse en cuáles son las notas más frecuentes entre los que han aprobado siendo la horquilla de entre el 5,01 y 5,25 (en el Tribunal 1, 27 aprobados lo que representa un 39,63% que se extiende al 57,28% si extendemos la horquilla hasta el 5,50; y 21 en el Tribunal 2 lo que representa el 31,82%, que extiende al 54,55% si la horquilla se alarga al 5,50).
No obstante el dato a mi juicio más interesante es que solo el 16,1% en el Tribunal 2 (11 opositores) aprobaron con la mínima del 5,01%, lo que demuestra que si se deja entre primero y segundo ejercicio un tiempo prudencial a los opositores (mínimo entre cinco y seis meses) el nivel del segundo ejercicio sube.
En cuanto al dictamen, también se dejó por los tribunales un tiempo prudencial. Es de destacar que habiendo podido fijar una fecha de examen más próxima, el Tribunal 1 hubiera tenido la paciencia de dejar como mínimo un poco más de siete semanas entre el último aprobado y la fecha del dictamen, y el Tribunal 2 algo más.
Esta decisión ha sido un acierto, ya que se han conseguido dos efectos: de un lado, que como mínimo cada opositor ha tenido cerca de dos meses para preparar el dictamen, y como máximo algo más de tres meses, con lo que la diferencia no era importante ni generaba grandes diferencias. Efecto deseable y que marca diferencias con otras oposiciones en que los primeros números gozaron de ¡casi seis meses para preparar el dictamen! Y los últimos ¡tres semanas! La experiencia como preparador me muestra que, con carácter general, el primer mes de preparación del dictamen los opositores se encuentran muy perdidos, y es a partir del segundo mes cuando empiezan a soltarse con el dictamen, para luego a partir del tercer mes estancarse, llega un momento que aunque tengan mucho tiempo su nivel no va a subir especialmente. En fin, un opositor con tres meses de preparación intensiva de dictamen puede pugnar con uno que lleva seis, pero uno que lleva un mes difícilmente puede alcanzar el nivel de quien lleva al menos dos meses preparando.
La actitud de los tribunales permitiendo conceder un plazo razonable y similar para preparar el dictamen merece un juicio muy favorable, y sus efectos lo demuestran, porque miembros de ambos tribunales han comentado que si bien el nivel de los orales ha sido bueno, en la línea de otras oposiciones, les ha sorprendido muy gratamente el gran nivel que se ha alcanzado en el dictamen. En suma, si se da tiempo a los opositores el nivel del dictamen sube, y este ejemplo se debería seguir en otras oposiciones, porque el dictamen sigue siendo el ejercicio más importante, el que permite escoger a los mejores, descubrir los verdaderos juristas, y competir en igualdad, porque a diferencia de los temas en los que el azar interviene, el dictamen es el mismo para todos. La importancia del dictamen se ve reflejada también en los resultados, y así por ejemplo en el Tribunal 1, cinco opositores y en el Tribunal 2 al menos seis opositores que estaban fuera de plaza y con notas muy bajas en los orales gracias a su dictamen finalmente han aprobado.
Por otro lado el supuesto de hecho propuesto en el dictamen era largo, en la línea de las anteriores oposiciones, salvo la excepción de la oposición de Madrid-Galicia que fue más bien corto. Los opositores se quejaron que al tener tantas cuestiones a tratar les falta tiempo para poder pensar y se les obliga a ir a la carrera, con la lengua fuera, no obstante los tribunales suelen decir que este tipo de dictamen favorece la valoración porque al concurrir muchos problemas si el opositor no ve alguno no se ve penalizado.
La verdad parece que favorece a aquéllos que han podido ver más casos y tienen más fichas, porque premia aquél que relaciona el caso del examen con alguno visto, de forma que no debe perder tiempo en pensar; por lo que tal vez tiene el inconveniente de que premia al que mejor recuerda la ficha frente al que mejor discurre.
"Es destacable que por segunda vez han aprobado más mujeres que hombres, en concreto 52 mujeres frente a 33 hombres, y que los números “1” de cada tribunal son mujeres"
Es verdad que el dictamen no fue del todo clásico, entendido como tal aquél que obliga a examinar cuestiones frecuentes, y conocidamente polémicas, sino que combino temas tradicionalmente polémicos y de dictamen, con algunas cuestiones más de moda y novedosas como el artículo 160 f), la sucesión en la fianza, la repudiación o el Reglamento de Sucesiones. En este punto los preparadores de dictamen lo que buscamos es la seguridad, para así poder preparar con garantías al opositor para transmitirle que si aprende a pensar, se esfuerza durante la preparación y no tiene un día desgraciado debe aprobar. De ahí lo interesante de que el dictamen sea previsible y de los llamados dictámenes clásicos, entendiendo por tales aquéllos que obligan al opositor a discurrir sobre cuestiones básicas y fundamentales, ese tipo de materias que permiten mostrar al jurista que está buscando el tribunal y que podrá resolver las cuestiones que se encontrará en el día a día de un despacho. En fin, no se trata de que resuelvan supuestos fáciles sino supuestos posibles y habituales. La realidad ya es lo suficientemente rica y diversa para que se complique innecesariamente en un dictamen en el que el opositor se juega años de esfuerzo.
También es destacable que por segunda vez han aprobado más mujeres que hombres, en concreto 52 mujeres frente a 33 hombres, y que los números “1” de cada tribunal (Alba Aula Méndez y Lucía Gil López de Sagredo) son mujeres, lo que con los años va a hacer cambiar la proporción actual en el Notariado, donde de los 2.756 notarios que hay en activo, 864 son notarias.
En cuanto a la Academia de Madrid, sigue siendo la que presenta más alumnos y sus resultados, también gracias al reconocido trabajo de su anterior director, Pablo de la Esperanza, son buenos, ya que 55 de los 85 aprobados prepararon el dictamen en la Academia. Desde la Academia de Madrid la planificación de esta oposición tenía la dificultad de la elaboración del Nuevo Programa y proporcionar una preparación de dictamen a la altura de anteriores convocatorias, con la dificultad de que a nuestros opositores que iban a preparar el dictamen, como es tradicional se juntan además alumnos venidos de toda España, y con la novedad de un número importante de opositores provenientes de la Academia de Preparación de Registros. Finalmente, gracias a la magnifica labor de Maite y Sara se pudo acoger a todos y darles la mejor preparación posible.
"La Academia de Madrid sigue siendo la que presenta más alumnos y sus resultados, también gracias al reconocido trabajo de su anterior director, Pablo de la Esperanza, son buenos, ya que 55 de los 85 aprobados prepararon el dictamen en la Academia"
Respecto a los temas fue fundamental la colaboración desinteresada de muchos preparadores además del gran trabajo y sacrifico del Director de la Academia, Isidoro Lora-Tamayo, que durante todo el mes de agosto del año 2016 procedió a revisar todos y cada uno de los temas, además de redactar muchos de ellos.
En cuanto al dictamen este año se probó un nuevo sistema con el que hemos quedado razonablemente satisfechos. Se pensó en combinar una serie de dictámenes troncales, tutorías reducidas y clases magistrales.
En cuanto el opositor aprobaba se le ofrecían hasta diez dictámenes troncales, siempre impartidos por el mismo preparador, con la idea de que se vieran determinados temas “clásicos”, evitando en lo posible que los problemas que planteaba una institución se vieran muchas veces y los de otras ninguna. Además se hicieron dictámenes de otras oposiciones. Al final a todos los opositores que formaron parte esos meses de la Academia se les dio la posibilidad de preparar los mismos dictámenes troncales, con la dificultad para los preparadores de que al tratarse de grupos reducidos debieron repetir el mismo dictamen muchas veces, tantas como grupos de alumnos.
Respecto a las tutorías, se basaban en asignar un grupo reducido de opositores a un preparador que se encargaba de darles una preparación más personal y directa los días que él consideraba, al menos uno a la semana.
En conclusión, otra oposición ha pasado, una nueva promoción brillante y esforzada viene a revitalizar al Notariado, esperamos mucho de ellos y les damos la bienvenida.