ENSXXI Nº 15
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2007
ANTONIO FERNÁNDEZ-GOLFÍN APARICIO
Notario y Consejero Permanente de la UINL
La existencia de una Organización Internacional que engloba a todos los integrantes de una profesión, cualquiera que sea, plantea siempre interrogantes, especialmente para aquellos profesionales que no participan directamente de sus trabajos y de sus reuniones, hasta el punto de que para muchos viene a considerarse como un club iniciados que tiene su utilidad en su propia existencia, que se autoalimenta a sí mismo, y que aparece desconectado con las grandes preocupaciones de la profesión concernida. A lo sumo se presentan los acontecimientos internacionales, como ocasión propicia para pasar unas vacaciones o disfrutar de un viaje más o menos atractivo con otros compañeros.
La celebración estos días en Madrid del Congreso Internacional del Notariado Latino es ocasión propicia para reflexionar acerca de lo que, más allá del contacto personal, de los temas científicos y de los actos festivos, puede aportar la organización internacional al Notariado de los distintos países que lo componen.
En primer lugar, la información. Resulta tópico afirmar que estamos en la era de la globalización; los ciudadanos viajan, se trasladan, encuentran solución a sus necesidades fueran de los estrechos limites de su ciudad y de su nación, y como consecuencia de ellos sus relaciones personales y patrimoniales se internacionalizan, y en consecuencia las cuestiones que se nos plantean y las soluciones que se nos exigen superan los límites del ordenamiento jurídico que no es más conocido o mas familiar. El conocimiento que los Congresos Internacionales facilitan de las peculiaridades que presentan los diversos sistemas jurídicos ayudará sin duda a hacer más fácil nuestro trabajo. Y en este campo, la labor de una Organización Internacional con “fuentes de información” en número y calidad como la que cuenta el Notariado debe ser insuperable; la Unión debe estar en condiciones de obtener y divulgar información jurídica de cualquier país en tiempo casi record.
"La celebración del Congreso Internacional del Notariado es ocasión propicia para reflexionar acerca de lo que, más allá del contacto personal puede aportar la organización internacional al Notariado de los distintos países que lo componen"
En segundo lugar, el conocimiento mutuo, conocimiento no sólo de las peculiaridades jurídicas, sino también de las personas; “poner cara” a compañeros de otros países facilitará sin duda la solicitud de ayuda en los casos en que sea preciso, facilitará dirigir los pasos de un cliente que necesite servirse de un Notario en otro país. Siendo optimista y mediante un desarrollo intenso de la figura de los Adherentes Individuales de la Unión, sería posible crear una red mundial de colaboración directa e intercambio notarial.
En tercer lugar, los Congresos Internacionales sirven para compartir experiencias no sólo jurídicas, sino también sociales o políticas. Es frecuente que los Notarios de un país determinado se enfrenten a los cambios sociales y políticos de su país con la sensación de que lo que les ocurre es un caso único. Hablar con compañeros de otras nacionalidades sirve sin duda para comprobar que los problemas y situaciones se repiten en uno y otro lado; que cuestiones como desregulación, liberalización, pretendida simplificación de formas son comunes o casi comunes en todas las latitudes, y que lo que ocurre en un sitio, favorable o desfavorable, normalmente acaba repercutiendo en otro lugar. Compartir experiencias y estrategias será esencial para la debida defensa de nuestra profesión.
"Siendo optimista y mediante un desarrollo intenso de la figura de los Adherentes Individuales de la Unión, sería posible crear una red mundial de colaboración directa e intercambio notarial"
En cuarto lugar, una estrategia global. Cuando más de setenta países, con sus peculiaridades, diferencias o distorsiones, comparten un mismo concepto de la profesión y del valor del documento notarial, la Unión, como organización internacional, debe estar en condiciones de ofrecer una respuesta global a los retos de la globalización, desde los problemas de titulación en las economías emergentes, hasta una respuesta ágil y segura a la contratación electrónica; desde la solución de una cuestión de derecho de familia o sucesorio hasta la seguridad jurídica de una compleja transacción jurídica internacional; desde un archivo internacional de disposiciones de última voluntad hasta un sistema eficiente de apostilla electrónica. Respuestas que deben ser ofrecidas en el ámbito que en cada caso sea más idóneo (Banco Mundial, Organismos internacionales, Unión Europea, OCDE, etc.). Pero siempre con el mismo mensaje y con la misma imagen de “marca”, la marca que proporciona el sistema notarial de tipo latino.
Pero es preciso que todas esas ventajas que derivan de la pertenencia a una Unión internacional como la nuestra sean divulgadas. Es responsabilidad de los órganos rectores de los notariados nacionales hacer sentir a todos lo miembros de la profesión la importancia de pertenecer a una organización internacional, de intercambiar experiencias, de favorecer tomas de postura estratégicas unificadas, y de educar a sus notariados en la importante tarea que nos espera a todos. De no hacerlo así, de guardar la información para unos pocos enterados, estaríamos haciendo un flaco servicio al Notariado.