ENSXXI Nº 15
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2007
FRANCISCO S. ARIAS
Notario mexicano y Presidente Honorario de la UINL
La situación del notariado de tipo latino en el mundo, durante el período a que se refiere esta breve exposición, fue de contrastes.
Por una parte, la UINL vio incrementado el número de sus notariados miembros hasta alcanzar 73. El ingreso formal del notariado chino en 2003 marcó un hito habida cuenta de su numerosa población, crecimiento económico anual del PIB y sus profundos cambios jurídicos. En cambio, por otra parte, el otro gran proyecto que teníamos, de incorporar a nuestra Unión a la National Association of Civil Law Notaries (NACLN), organización de notarios de tipo latino que se originó en Florida, EUA, en 1999 y rápidamente se extendió a otros estados de la Unión Americana, a la postre se frustró.
Con todo, el balance al finalizar esta legislatura fue muy positivo: los integrantes de la UINL brindaban sus servicios profesionales al 56% de la población mundial.
Frente a este logro institucional en favor de nuestra cultura jurídica latina, sufrimos en 2004 los inesperados ataques del Banco Mundial en sus informes de ese año y el anticipado de 2005 contenidos en su publicación Haciendo Negocios, que reseñan los resultados de un buen número de supuestas encuestas realizadas por un equipo de investigadores patrocinados por ese organismo mundial de crédito, en los cuales califican injustamente la función notarial. La UINL reaccionó inmediatamente y con argumentos contundentes ha logrado desvirtuar en los años siguientes las temerarias conclusiones de estos analistas.
También en la legislatura 2002-2004 se conmemoraron diversos ciclos del respectivo ingreso de aquellos notariados de Europa del Este cuyos países, quedaron sometidos a gobiernos comunistas al concluir la Segunda Guerra Mundial, pero que tras la caída del Muro de Berlín adoptaron regímenes democráticos transformando a sus notariados estatizados al de ejercicio profesional libre. Los festejos que se sucedieron en estos años reflejaban la gestión exitosa de la UINL al haber apoyado con toda oportunidad los cambios estructurales de esos notariados que incorporaron a la vida social de sus países, sin cortapisas aunque con algunas obvias variantes, nuestro sistema jurídico de tipo latino.
"Los notariados de Europa del Este cuyos países, quedaron sometidos a gobiernos comunistas al concluir la Segunda Guerra Mundial, tras la caída del Muro de Berlín adoptaron regímenes democráticos transformando a sus notariados estatizados al de ejercicio profesional libre"
Por lo que se refiere a la Unión Europea, algunas peligrosas decisiones de sus autoridades que amenazaban suprimir casi todos los requisitos de acceso a la profesión y aún el cobro de honorarios por arancel, lo que habría modificado sensiblemente la función notarial en ese continente, al fin fueron conjuradas o, al menos, matizadas. Las celebraciones bicentenarias de la Ley de Ventoso y del Código Civil francés, que tuvieron lugar sucesivamente en París en 2003 y en 2004, confirmaron la unidad del notariado mundial y su extraordinario desarrollo histórico.
Otro peligro en ciernes de este período lo constituía la casi inminente suscripción del Acuerdo de Libre Comercio de Las Américas (ALCA) potenciado por el presidente de EUA. Desde luego la UINL previó sus consecuencias funestas por la pretendida aplicación de la cláusula de trato igualitario en el ejercicio de las profesiones liberales, especialmente en los países que no exigen el requisito de la nacionalidad a quienes desempeñan la función notarial, y realizó una fuerte campaña con los presidentes de los notariados americanos y sus autoridades competentes, advirtiéndoles de los posibles efectos negativos. Afortunadamente el proyecto del ALCA se frustró.
No obstante que esta presión internacional cesó, los problemas internos de algunos notariados americanos cuyas organizaciones nacionales son débiles y a menudo sólo un apéndice del respectivo Colegio Nacional de Abogados, además que en ciertos países son designados sólo por breves períodos y el ejercicio de la función coexiste con la actividad litigiosa, amén que el número de colegas es ilimitado; subsistían en mayor o menor grado y la UINL realizó acciones puntuales con una oportuna presencia ante las autoridades responsables de esos países.
De los notariados del continente africano cabe decir que crecieron en número y en solidez. Eran frecuentes las reuniones institucionales de sus notariados nacionales así como las regionales y aún las continentales. Su oportuna actualización jurídica y la formación permanente de los colegas africanos mediante cursos y seminarios fueron la nota destacada.
Las perspectivas de la función notarial en el futuro son esperanzadoras.
Europa superará sus dificultades. Los notariados de Asia se subirán al fantástico dinamismo que ha caracterizado a sus países en los últimos años y seguramente serán los protagonistas de este siglo, más aún si tenemos en cuenta las fuertes candidaturas a ingresar en los próximos años a la UINL por parte de los notariados de Corea del Sur, Vietnam y Tailandia.
Por lo que respecta a los continentes africano y americano el futuro es promisorio. Quizás a corto plazo parezca más acertado este pronóstico en el continente americano, pero el africano no quedará muy atrás.
El notariado de tipo latino ha demostrado en tantos siglos de existencia que ha sabido adaptarse a todos los cambios, por radicales que éstos hayan sido. Esta nueva era de gran avance tecnológico, de globalización económica y de vertiginosas transformaciones en la conducta social el notariado ha dado muestras, una vez más, que avanza a la par conservando su esencia y sigue justificando su razón de existir y subsistir.