ENSXXI Nº 16
NOVIEMBRE - DICIEMBRE 2007
JOSÉ MANUEL GARCÍA COLLANTES
Notario de Madrid y ha presidido el 25º congreso internacional del Notariado
El pasado cinco de octubre concluyó en Madrid el 25º congreso internacional del Notariado. Para las personas que hemos estado trabajando en él, ha constituido el punto final de un largo y minucioso proceso que comenzó en un lejano y luminoso martes 27 de mayo del año...¡2003!. Ese día tuvo lugar en la biblioteca del Colegio Notarial de Madrid la primera reunión de lo que entonces era el núcleo embrionario del comité organizador. Desde entonces muchas personas han puesto en común su esfuerzo para que este acontecimiento fuese digno. ¿Ha merecido la pena?
No tiene sentido, a estas alturas, negar la utilidad de los congresos. Son muchas las razones que existen a su favor. Y todas muy obvias. A mí siempre me ha gustado destacar que sirven, ante todo, para reafirmarnos como notarios, para tomar conciencia de lo que somos y de lo que debemos ser. Y esto sirve para cualquier congreso, sea nacional, internacional, regional o local. Pero, ¿qué nos ha de quedar, como específico, del congreso internacional que acaba de finalizar? Quiero resaltar algunas ideas.
En primer lugar, el reconocimiento a la actividad de la Unión Internacional del Notariado (UINL). Esta organización nació en Buenos Aires el dos de octubre de 1948 y desde entonces no ha parado de crecer. No todo en ella ha sido siempre acertado, indudablemente, ni eficaz. Pero no olvidemos que son muchas las organizaciones internacionales que encuentran su justificación en su propia existencia, con independencia de la eficacia mayor o menor que su actividad genere. Y nadie puede negar la necesidad de que el notariado tenga un interlocutor a nivel mundial. En cualquier caso, es innegable la función de liderazgo que la UINL ha asumido en la espectacular expansión que el modelo notarial latino ha tenido desde 1948, así como en el apoyo posterior al mantenimiento y consolidación del mismo. Y tampoco olvidemos la labor de depósito e intercambio legislativo y de información que la UINL ofrece. Que lo hayamos sabido aprovechar o no, es otra cuestión.
"No tiene sentido, a estas alturas, negar la utilidad de los congresos. Son muchas las razones que existen a su favor. Y todas muy obvias"
En segundo lugar, un congreso internacional nos hace abrir un poco nuestras ventanas, sacándonos de nuestras rutinas y poniéndonos en contacto con “las grandes ideas” que aunque no estén en el panorama de nuestras preocupaciones inmediatas (del “hoy” y del “aquí), no por ello van a dejar de configurar antes o después nuestra función. No despreciemos las “grandes ideas”, pues son las que sustentan la ilusión. Y la ilusión es proyecto y el proyecto es FUTURO.
Y en este sentido, los congresos internacionales de la UINL han estado siempre marcando rumbos de futuro. Cuando hoy día asistimos con atención a la presentación de proyectos sobre “documentos unificados” en Europa que faciliten la libre circulación del documento notarial, no deja de sorprender que ya el congreso internacional de Atenas del año 2001 planteó esta cuestión y marcó pautas a seguir. Cuando en España voces interesadas niegan la imparcialidad del notario, alegra comprobar y leer las ponencias presentadas sobre ello en el congreso de Méjico del año 2004, incidiendo en la idea de que la parcialidad no es compatible con el notariado.
Y cuando el Banco Mundial lanza al mundo un desafío para luchar contra la pobreza (“Legal empowerment of the poor”), el notariado mundial lo recoge y reune en Madrid, en el 2007, a sus especialistas para poner de relieve el enorme potencial que el documento notarial puede tener como instrumento de desarrollo de la sociedad y para proponer programas piloto de titulación masiva de la propiedad en los núcleos de población rurales y urbanos afectados por el hacinamiento y la miseria.
En tercer lugar, un congreso mundial nos demuestra a nosotros mismos que no estamos solos en nuestra función. Y a la sociedad en la que vivimos le muestra una profesión y unas actividades que son comunes en la mayor parte del planeta. ¿Se puede tener mejor tarjeta de presentación?
Pero aun siendo todo esto importante, lo que a mí me quedará siempre de este congreso es el reconocimiento a todos los que en España y en el notariado español han creído en este proyecto. Los notarios que han participado en él, secundando los llamamientos de los organizadores; los delegados del congreso en los distintos Colegios Notariales que han canalizado información e inscripciones y todos los que colaboraron en los últimos días para que todo estuviera a punto. Pero sobre todo, mi reconocimiento se dirige a los miembros del comité organizador, con quienes he compartido tantas tardes de trabajo y de amistad y que tanto tiempo han dedicado, especialmente al final, a nuestro congreso. En nombre propio y en nombre de la UINL gracias a ANTONIO FERNÁNDEZ-GOLFIN y a JOSE LUIS FERNÁNDEZ PEREZ; a ISIDORO LORA-TAMAYO y a FRANCISCO LUCAS EGEA; a ADOLFO PRIES PICARDO y a ROSA MARIA GALINDO CREUS; a ALMUDENA CASTRO-GIRONA, a MARÍA TERESA BOLAS y a CARLA RODRÍGUEZ-SPITERI.
El congreso ha terminado. Pero la vida continúa. Y aún hay mucho por lo que luchar. Por eso...punto y seguido.