ENSXXI Nº 2
JULIO - AGOSTO 2005
¿Oposición o vocación? El notariado ¿es sencillamente una oposición, una salida prestigiosa para profesionales del Derecho, o entraña elementos vocacionales propios y distintivos? En lo personal ¿usted se hizo notario para tener un puesto de prestigio en espacio profesional,o también para dar satisacción vocacional a formas y conceptos de su manera de entender el Derecho?
- Ciertamente, las motivaciones que pueden animar a los jóvenes para hacerse notarios pueden ser diversas. En mi caso y para ser sincero, la razón principal de mi elección fue la posibilidad de que, mediante oposición, se pudiera llegar joven a la cumbre de la carrera.
Con la experiencia de tantos años de ejercicio del notariado ¿cómo valora ahora su profesión, la relación con los clientes y el servicio que presta a la sociedad, y de manera especial, cara al futuro ya casi presente de unas relaciones civiles y mercantiles fuertemente afectadas por las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento?
- Mi experiencia profesional me enseña que las relaciones del notario con los clientes y el servicio que presta a la sociedad han sido y espero que seguirán siendo muy importantes . La influencia que, de cara al futuro, puedan tener en el Notariado las nuevas tecnologías de la información, entiendo que debe ser positiva.
Los notarios ocupan un espacio singular en la relación con los consumidores. Ustedes son funcionarios públicos, en cierto modo custodios de la legalidad y parte del sistema de seguridad jurídica preventiva, pero al mismo tiempo son profesionales que asesoran y orientan a sus clientes. En su larga experiencia ¿es fácil conciliar ambas perspectivas o generar situación de conflicto en su actuación?
- La consideración del notario como funcionario público, custdio de la legalidad, es perfectamente compatible con la función de asesorar y orientar a sus clientes.
Tradicionalmente, las encuestas de opinión indican que los ciudadanos de nuestro país valoran especialmente la seguridad que el notario aporta a cuestiones tan delicadas e importantes como, por ejemplo, la compraventa de inmuebles o las transacciones comerciales. ¿Considera que, en una sociedad donde crecen tanto las inquietudes y las incertidumbres, el notario podrá seguir proporcionando a los ciudadanos ese valor esencial que es la seguridad?
- Creo que la seguridad jurídica que el notario aporta a los problemas y a las cuestiones en que interviene se seguirá proporcionando a los ciudadanos.
¿Cree usted que los políticos hacen buenas leyes? Hay en la calle un sentimiento cada vez más extendido de duda respecto de la calidad de las leyes. En su experiencia, los políticos, para la elaboración de las leyes ¿consultan a los mejores expertos y profesionales o esa sensación refleja, en efecto, las consecuencias de una utilización insuficiente del conocimiento jurídico?
- A mi juicio los políticos, especialmente desde que ha llegado al poder el gobierno socialista, no hacen buenas leyes, baste tener en cuenta que para las Leyes aprobadas sobre el matrimonio de los homosexuales y la simplicación del divorcio el Gobierno no ha tenido en cuenta los dictámenes del Consejo de Estado, del Consejo General del Poder Judicial y dela Real Academia de Jurispridencia y Legislación.
Muchas veces se ha publicado y es lugar común en las conversaciones de la calle que el consumidor está seguro de que ha comprado un inmueble cuando sale de la notaría con la Escritura en la cartera. Sin embargo, ahora se advierte que no es así, y que la seguridad sólo es tal cuando la compraventa ha quedado inscrita en el Registro, ¿Por qué esa incertidumbre? ¿Por qué los consumidores españoles tienen que estar sometidos a las tensiones y el coste de una doble calificación, una inseguridad que se hace aún más acusada en el campo de las relaciones mercantiles?
- Evidentemente la plena seguridad jurídica en la adquisición de inmuebles sólo se consigue mediante la inscripción de la Escritura en el Registro de la propiedad. Lo que ocurre es que se ha supervalorado no ya la función del Registro,sino la del registrador. Puesto que el notario ha de calificar la legalidad del documento que autoriza, una segunda calificación por parte del registrador, además de no ser necesaria, plantea muchas veces conflictos, que perjudican la agilidad y rapidez que deben tener hoy días las transacciones jurídicas.
Durante los últimos años es muy vivo, en las empresas y en los mercados, el debate sobre las realidades del comportamiento corporativo en la gestión de sociedades anónimas, especialmente las grandes y con número muy alto de accionistas. Las normas de Aldama y el código Olivencia sobre el buen gobierno de las sociedades han motivado ríos de tinta. Es un debate unido a esa cuestión esencial que es la transparencia y por tanto la información. En lo político, es creciente el respaldo a la idea de que "democracia es información". Desde su conocimiento y experiencia en las relaciones mercantiles ¿podría decirse que el tratamiento de la información es la piedra para valorar el comportamiento de los gestores de corporaciones, empresas, asociaciones, etc.?
- Un ordenamiento adecuado de Derecho de Sociedades exige tener en cuenta una distinción que llevo defendiendo muchos años entre sociedades abiertas (hoy llamadas sociedades cotizadas) y sociedades cerradas, de las que el arquetipo es la sociedad familiar. Parece que esta distinción está empezando a ser tenida en cuenta por el legislador.
A veces se leen artículos de economistas muy "neocons" que niegan el papel o futuro al Notariado en la sociedad tecnológica y propugnan el llamado modelo anglosajón, dónde la seguridad de las transacciones se traslada a las sociedades aseguradoras. Sin embargo, da la sensación de que nuestro modelo de Notariado, el latino germánico, se extiende cada vez por más países. ¿Cómo ve esta polémica?
- A la hora de decidir si para garantizar la seguridad es preferible el sistema latino o el anglosajón, creo que es preferible el primer sistema, que garantiza la eficacia del negocio jurídico llevado a cabo por los otorgantes. El sistema anglosajón sólo asegura el daño ecnómico que pueda seguirse de la eficacia del negocio.
Desde el valor de la experiencia ¿qué consejos daría a los jóvenes notario que se incorporan al ejercicio de la profesión?
- El primer consejo que daría a los jóvenes es que, antes de serlo, mediten muy a fondo sobre las ventajas e inconvenientes de la profesión notarial. No se crean que por el hecho de haber superado las oposiciones ya lo sabe todo. Que se dejen aconsejar por los notarios veteranos. Es indispensable que no vean su enriquecimiento como la finalidad primordial de la carrera, sino cumplir honestamente su función.