ENSXXI Nº 21
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2008
JOSÉ MARÍA NEBOT GÓMEZ DE SALAZAR
Notario de Navalcarnero (Madrid), ha sido hasta hace muy poco tiempo Notario de Tembleque (Toledo)
ESPECIAL ELECCIONES
En Castilla La Mancha coexistían y todavía hoy coexisten -hasta el 1 de enero de 2009- dos Colegios Notariales independientes: el de Albacete y el de Madrid. Las provincias de Cuenca, Ciudad Real y Albacete se encuentran englobadas en el primero y las de Toledo y Guadalajara, en el segundo. A partir de ahora, el naciente Colegio Notarial de Castilla La Mancha comprenderá las cinco provincias castellano-manchegas.
Como en otras Comunidades Autónomas, la implantación de la nueva organización notarial afrontará diversas dificultades teóricas y prácticas, derivadas de la novedad del fenómeno y de la idiosincrasia particular de la Comunidad Autónoma. Los obstáculos inherentes a la dispersión territorial se trasladan también a la organización notarial; es decir, los problemas a los que se enfrenta Castilla La Mancha son también los problemas que encontrará el nuevo Colegio Notarial.
Se ha planteado la cuestión de la capitalidad del Colegio. Solamente existe una sede de Colegio Notarial en el territorio de la Comunidad, que es la actual sede del Colegio de Albacete y ésta continuará siéndolo, al menos a corto plazo, salvo que todos sus colegiados decidan otra cosa. Existen varias alternativas en relación con la fijación de la sede colegial: Mantenerla, conservando la infraestructura y los recursos humanos actuales, o bien crear ahora o más adelante en la capital administrativa autonómica (Toledo) otra sede, o una subsede, o quizá una delegación del Colegio -como ocurre con Murcia en el todavía Colegio de Albacete-, máxime teniendo en cuenta que la nueva denominación colegial hace desaparecer posibles suspicacias en la implantación de delegaciones.
En cualquier caso, el establecimiento de la sede o sedes del Colegio no creo que suponga un problema especial en sí mismo considerado, sino que más bien está ligado a uno de los grandes retos a los que, en mi opinión, se enfrenta el nuevo Colegio Notarial: superar la arraigada falta de vinculación institucional con los poderes legislativo, ejecutivo y judicial autonómicos. La cuestión estriba en cimentar unas sólidas relaciones institucionales entre el nuevo Colegio Notarial y las distintas Administraciones Públicas dependientes de la Junta de Comunidades, que en la actualidad brillan por su ausencia.
Y no olvidemos la relación institucional con la Administración Tributaria autonómica. La utilización de la plataforma telemática para las liquidaciones tributarias se me antoja imprescindible para la unificación de criterios y para la armonización de procedimientos desde todas las Notarías del territorio autonómico. La situación presente deja mucho que desear en este sentido.
Sin duda, debe aprovecharse la experiencia y buen hacer del personal que desde hace tiempo desempeña su trabajo en la sede del Colegio de Albacete, así como también las iniciativas puestas en marcha por este último, como por ejemplo la delegación de las funciones de legalización y apostilla en las Juntas de Distrito.
A mi juicio, son dos los grandes retos que debe afrontar el Colegio de Castilla La Mancha: 1) superar el actual déficit de relaciones institucionales a todos los niveles y 2) conseguir un equilibrio estable entre la unificación de criterios y procedimientos en todas las Notarías de la Comunidad y la necesaria descentralización de servicios, funciones y dependencias que permita a aquél hacerse próximo en todos los rincones del territorio autonómico.
Y a estos dos grandes retos debe responder la Junta Directiva resultante de las elecciones que en breve se celebrarán, que a buen seguro llevará a cabo con gran ilusión y plena responsabilidad.
Y en relación a las candidaturas que se presentan, sólo destacar que Castilla La Mancha es la única Comunidad Autónoma en la que dos mujeres se presentan como candidatas al Decanato.