ENSXXI Nº 42
MARZO - ABRIL 2012
Organización del Notariado
Si hay alguna asignatura pendiente en la organización corporativa del notariado es la siempre instada y nunca cumplida demanda de mayor democracia interna, machaconamente reclamada en Congresos y Jornadas generales como de todas las asociaciones y corporaciones como consta en nuestros archivos.
Argumentada también hasta la saciedad ha sido la aspiración de los notarios a tener mayor participación en la vida corporativa. Porque bien es cierto que en esta etapa se ha ganado en transparencia informativa, no se ha dado ni un solo paso convincente en el sentido de hacer más participativo el gobierno de la corporación a pesar de ser claro el mandato constitucional de que los colegios profesionales deben ser democráticos en su constitución y en su ejercicio.
Las instituciones son democráticas en la medida en que permitan a sus miembros tener un papel activo en la toma de decisiones, especialmente en el acto decisivo de elección de sus dirigentes. Y si esto es así para la elección de los Decanos de cada Colegio, más lo debe ser para la elección del Presidente del Notariado, máxime cuando, en el actual sistema de democracia indirecta --elección a través de decanos--, nada garantiza que la nomenklatura siga con su voto en la elección de presidente las preferencias mayoritarias de los colegiados, pues éstos han dado su voto pensando en la gerencia de un colegio y no en el gobierno político de la institución notarial con todo lo que esto conlleva, y probablemente si hubieran considerado esta opción, distinta hubiese sido en muchos casos la orientación de su voto.
Es lo que Alexis de Tocqueville, en La democracia en América, nos había advertido contra los vicios de la democracia indirecta en la que los hombres elegidos para la confección de las leyes ordinarias sólo de manera incompleta representan los deseos del pueblo en lo que respecta a la elección del primer magistrado, y por otra parte, al haber sido elegidos con antelación casos de relevos y sustituciones posteriores-- podría darse el caso de que representaran una voluntad ya desaparecida. Juzgaron además, continua, que si encargaban la elección del jefe del poder ejecutivo antes del momento de la elección, los representantes podrían venir a ser objeto de maniobras corruptoras y juguete de intrigas"...
Son palabras elocuentes. Pero en el caso del Notariado la cuestión es más árdua. La inestabilidad y precariedad en que se han mantenido los últimos presidentes del Consejo, tres presidentes en un año, con toda la inseguridad que necesariamente acarrea en la opinión pública y frente a la Administración, esa legitimación parcial y precaria que denotan, debería ser motivo suficiente para abordar ya esta cuestión.
Pero es que, además, --y esto es más grave-- éste es el deseo mayoritario de los colegiados. Y así lo han demostrado. EL NOTARIO DEL SIGLO XXI realizó hace poco más de un año una encuesta cuyos resultados fueron divulgados en su día, y que en cuanto a la elección de Presidente del Consejo General, arrojaba el resultado, muy claro y contundente, que exponemos:
PROCEDIMIENTO DE ELECCIÓN DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL:
OPINIÓN SOBRE PROCEDIMIENTO DE ELECCIÓN DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO GENERAL DEL NOTARIADO | % |
El Presidente del Consejo General del Notariado se debe elegir de forma indirecta a través de los Decanos de los Colegios como ahora | 16,5 |
Es preferible que el Presidente del Consejo sea elegido directamente por todos los Notarios, según el principio "un hombre, un voto", después de conocer los programas de los candidatos que puedan presentarse | 79,6 |
NS | 1,3 |
NC | 2,6 |
Obviamente, una decantación tan clara de las preferencias implica que la preferencia por el método de elección directa por sufragio universal es claramente mayoritaria en los distintos segmentos de edad, antigüedad, género y en todos los Colegios.
Resultado que el Director de la Encuesta valoraba del modo siguiente en cuanto a este punto:
"Parece fuera de duda que una parte de este sustrato de opinión se relaciona con una insatisfacción nítidamente decantada acerca del sistema seguido en la elección de la Presidencia de dicho Consejo. En efecto, los notarios entrevistados muestran una preferencia clara por la elección del Presidente mediante sufragio universal de todos los notarios, con conocimiento de los programas de los distintos candidatos (80%), frente al método indirecto -prácticamente, una cooptación- que actualmente se sigue a través del voto de los Decanos de los Colegios (17%). José Ignacio Wert |
El diagnóstico es claro. No hay división ni varias tendencias en el Cuerpo, como se suele repetir, aunque las haya en el Consejo. La abrumadoramente mayoritaria se decanta por la democracia directa. Y en buena lógica democrática el Consejo está obligado a seguir el mandato de los notarios. Si alguno la torpedea solo puede ser o porque pretenden apoyar a quién los notarios en voto directo nunca elegirían o porque aspiran al cargo y confían más en tejemanejes y contubernios de camarilla que en el voto directo de todos los notarios. Y en cualquier caso, sin entrar a valorar la indignidad moral de su postura estarán tirando piedras contra el tejado del Notariado. Porque nada garantiza que la nomenklatura de los decanos siga las preferencias de los que los eligieron.