ENSXXI Nº 44
JULIO - AGOSTO 2012
En el acto se tributó un emotivo homenaje a Isidoro Lora-Tamayo, delegado para Hispanoamérica durante más de 20 años
El 26 de mayo pasado se celebró, en el Colegio Notarial de Madrid, una recepción a la Comisión de Asuntos Americanos de la Unión Internacional del Notariado y un homenaje, organizado por el Consejo General del Notariado, a nuestro compañero Isidoro Lora-Tamayo Rodríguez, que durante más de veinte años fue delegado del notariado español para IBEROAMÉRICA. Abrió el acto Ignacio Solís Villa, decano del Colegio Notarial, que se congratulo que la Comisión de Asuntos Americanos (CAA) se reuniera en España, por primera vez, coincidiendo con la celebración del 150 aniversario de la Ley del Notariado y mostró su satisfacción por el homenaje que se iba a dar a nuestro compañero Isidoro Lora-Tamayo. Cerró el acto Manuel López Pardiñas, Presidente del Consejo General del Notariado, que entregó una placa conmemorativa al homenajeado con la siguiente dedicatoria: "El Consejo General del Notariado Español en agradecimiento al Ilustrísimo Señor Don Isidoro Lora Tamayo, por su fecunda y altruista labor en pro de los notariados de España y de América. Madrid, mayo de 2012. 150 Aniversario de la Ley Orgánica del Notariado"
José Manuel García Collantes, consejero general de la Unión Internacional del Notariado, destacó la presencia de representantes del notariado mundial: el Presidente de la UIN, Jean-Paul Decorps, el Presidente español y el Decano de Madrid. La relación del Notariado Español con el Iberoamericano alcanza su mayor auge con la creación en el Consejo General del Notariado Español de una subsección destinada a América y la designación de Isidoro Lora Tamayo como responsable de ella. La presencia del Notariado Español ha sido constante en las jornadas, en los congresos que se han celebrado en América y en España, en los cursos organizados en España para notarios americanos, en los cursos de la Universidad Pontificia de Comillas, así como en los cursos de Derecho Notarial profundizado, organizados por la Universidad Notarial Argentina. Isidoro Lora-Tamayo ha pronunciado gran número de conferencias en distintos países de América y múltiples publicaciones en revistas americanas, con especial relieve la creación de becas a jóvenes notarios iberoamericanos para que estudien aquí en España.
Tomó la palabra Leonardo Pérez Gallardo, profesor de Derecho Civil en la Facultad de Derecho de la Universidad de la Habana y notario, que recordó haber formado parte de las primeras becas del Consejo General del Notariado. Las becas supusieron para los jóvenes conocer el arte notarial, Isidoro Lora-Tamayo les enseñó a pensar y a razonar no sólo en clave jurídica, sino también en clave notarial; les permitió conocer a los grandes del Derecho Notarial, a esos notarios que sólo conocían a través de libros. Fueron importantes también los cursos de formación notarial dirigidos por Isidoro Lora-Tamayo, con el auspicio del Consejo General del Notariado y de la Universidad Pontificia de Comillas. De estos cursos surgieron otras jornadas, congresos, conferencias binacionales, conferencias de tres y cuatro países. Concluyó Leonardo Pérez Gallardo expresando la relación fraternal que supo crear Isidoro Lora-Tamayo con los notarios que disfrutaron de esas becas.
A continuación, tomó la palabra Alfonso Zermeño Infante, Presidente de la CAA y notario de Méjico. Destacó la importancia y responsabilidad de la función notarial que debe nutrirse de tres principios romanos: vivir honestamente, no dañar a otros, dar a cada quién lo suyo. Destaca la declaración sobre los documentos electrónicos y firmas digitales emitidas por nuestra Unión Internacional del Notariado en su primer cincuentenario de vida, en la que se contempla nuestra función marcada por la modernidad y la tradición secular y recuerda nuestro decálogo, siempre seguido por nuestro maestro Isidoro Lora Tamayo: "Honra tu ministerio, abstente si la más leve duda opaca la transparencia de tu actuación, rinde culto a la verdad, obra con prudencia, estudia con pasión, asesora con lealtad, inspírate en la equidad, cíñete a la ley, ejerce con dignidad, recuerda que tu misión es evitar contienda entre los hombres".
En sus primeras palabras Isidoro Lora-Tamayo define como un hito la reunión por primera vez de la CAA en España, satisfacción todavía mayor por el hecho de ser en el Colegio Notarial de Madrid, con una sensibilidad especial para temas relacionados con los notariados de Iberoamericanos.
En las palabras de Alfonso Zermeño y de Leonardo Pérez Gallardo hay un denominador común y es que las relaciones entre nuestros notariados no están apoyadas en la pertenencia a una misma profesión sino que también están apoyadas en el corazón. Leonardo Pérez Gallardo ha manifestado que la beca sirvió no sólo para crear relaciones profesionales sino también relacionales fraternales y de amistad profunda.
Expresó su gratitud profunda por el homenaje, pero estimó que sería un error centrar el acto en su persona, sin trascender a que nos encontramos ante los frutos de la relación entre los notariados de América y de España, como ya anticiparon Negri, Vallet, Núñez Lagos, Ángel Martínez Sarrión y como lo han sabido continuar nuestros órganos nacionales e internacionales. Consideró normal que al trabajar juntos se produzcan estos efectos positivos, ya que España y América tienen profundas raíces comunes: lengua, raíces cristianas, historia, carácter, familiares, leyes e instituciones jurídicas comunes.
A continuación, realizó una exposición de las raíces notariales comunes de los notariados de Iberoamérica y España, desde Antonio de Escobedo, escribano de la flota que va en la carabela Santa María, pasando por los primeros documentos notariales formalizados en América en 1494 y en 1496, en la Isla de la Isabela y explicando cómo las Leyes de Castilla son de aplicación al notariado de América, centrando su explicación en cuatro temas: la redacción por extenso del documento; la existencia del protocolo o de registro notarial, como se dice en muchos países de América; el sistema de selección del escribano, y la atribución de la autoridad al notario.
Añadió que los notariados americanos y español tienen unos cimientos comunes y que responden a lo más puro de nuestra función. Por ello, manifestó creer que juntos estamos llamados a examinar y profundizar en la ética de la profesión notarial. La formación inicial y permanente del notario es esencial, pues el primer deber ético de cualquier profesional es ejercer bien su profesión, pero -como decía Vallet de Goytisolo- un notario desprovisto de ciencia jurídica podrá, mal que bien ejercer sus funciones, pero un notario desprovisto de moral no podrá hacerlo jamás.
Concluyó considerándose un privilegiado al haber sido durante más de veinte años delegado del notariado español para América y agradece a los notarios americanos lo mucho que han enriquecido su vida y al notariado español que confió en él, concretando su gratitud en: Antonio Pérez Sanz, presidente del Consejo General del Notariado y que a su instancia el Consejo le nombró delegado, en Miguel Ángel Segura que en esos momentos era delegado de internacional, en Antonio Fernández Golfín y en Juan Bolás Alfonso que siguieron confiando en él e impulsando la tarea realizada. Y también en dos notarios españoles con los que ha colaborado intensamente en América, Juan Francisco Delgado de Miguel, desgraciadamente prematuramente fallecido, y José Manuel García Collantes. También tuvo un recuerdo especial para Carla Rodríguez Spiteri, colaboradora incansable de la sección internacional. Pero, sobre todo y ante todo, quiso dar gracias a Dios.