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ENSXXI Nº 56
JULIO - AGOSTO 2014

LOS LIBROS por JOSE ARISTONICO GARCIA SANCHEZ

Autores, redes y blogs creen que es acuciante regenerar el sistema

¿Hay derecho? se suma a la crítica con una valiente denuncia de la corrupción.

"Hoy, bajo el mismo título del blog jurídico mas visitado ¿Hay Derecho? Ediciones Península ha tenido el acierto de sacar a la luz una obra de máxima actualidad con vocación de bestseller, que pone el dedo en la llaga de los problemas que aquejan a la sociedad española y que los políticos no son capaces de arreglar"

El resultado de las pasadas elecciones europeas ha sacudido la conciencia de la clase política. Una inesperada ola de populismo exacerbado ha desvelado el descontento de los ciudadanos con las estructuras políticas convencionales. Ya lo exteriorizaron en Madrid los acampados el 15 de mayo de 2011 en la Puerta del Sol haciendo pública su decepción por la política neoliberal que, con su receta única de austeridad a ultranza, les había sumido en una angustiosa frustración. Las elecciones superaron el pronóstico: debacle de los partidos tradicionales,  estancamiento de los emergentes e irrupción imprevista de un movimiento populista que, con el discurso  que los políticos han secuestrado la democracia,  propone desvencijar las actuales estructuras políticas y sustituirlas por otras asamblearias de objetivo incierto. 
Tampoco en el resto de Europa las cosas han sido muy diferentes. Una ciudadanía decepcionada campando por los márgenes de la ultraderecha y la ultraizquierda del hemiciclo parlamentario ha alimentado en Holanda, Austria, Grecia...etc. movimientos destructivos proponiendo la sustitución de las estructuras políticas, la destrucción de Europa o el retorno a formas regresivas de convivencia con programas incoherentes o quiméricos, pero que en ocasiones reciben el apoyo de hasta  la cuarta parte de los votantes de una nación tan culta como es la francesa.

Los políticos han reaccionado anunciando reformas y cambios de métodos y programas  o sustituyendo líderes para encauzar o incluso contactar con los descontentos. Pero las voces de protesta se siguen multiplicando. Columnistas y reporteros cargan las tintas y  las redes sociales recogen un creciente malestar social. También los escritores se han sumado a las críticas. Hoy nos vamos a referir a tres.

"Jose María Ridao en su obra La estrategia del malestar  desmonta los mitos mesiánicos de la revolución silenciosa de occidente conocida con el oxímoron de revolución conservadora, que sustituye la utopía fracasada de la economía planificada por la utopía simétrica de los mercados desregulados que --estaba escrito--  conducirían indefectiblemente a la crisis y el  malestar social"

Todos coinciden en que la situación es inquietante porque no es algo coyuntural. Lo que destapan todos estos movimientos es una frustración colectiva, no ya por las crueles recetas de austeridad y el desmantelamiento solapado de parte del estado del bienestar sino por lo que califican de  fracaso de un sistema político anclado en la economía ultraliberal. Así lo entiende Jose María Ridao que en su obra La estrategia del malestar (Tusquets, 2014),  desmonta los mitos mesiánicos de la revolución silenciosa de occidente tras la caída del muro, una revolución disimulada, conocida con el oxímoron de revolución conservadora, que sustituye la utopía fracasada de la economía planificada por la utopía simétrica de los mercados desregulados que --estaba escrito--  conducirían indefectiblemente a la burbuja, la explosión, la crisis y el  malestar social. Hay que  ser conscientes de que  las tensiones sociales, otrora circunscritas a las sociedades emergentes o prerrevolucionarias, están ahora acosando con razón a las sociedades urbanas de casi todo el planeta cebándose en especial con las  menos asentadas socialmente. Tal es el caso de Méjico donde la tensión alcanza tal virulencia que algunos críticos la comparan con la de un escenario bélico. Es  el caso de Sergio González Rodríguez, prestigioso y laureado periodista mejicano, que en su obra Campo de Guerra (Anagrama, mayo 2014), premio Anagrama de Ensayo 2014, a propósito de divulgar  un nuevo alegato contra el narcotráfico que está devastando a su país,   hace una crítica feroz de las estructuras políticas que reiteradamente  se confiesan incapaces de cumplir su misión de encauzar la vida social en un marco normativo, y advierte  que tal fracaso está vigente o en fase larvada de gestación en otras muchas sociedades de las que comparten el mismo sistema sociopolítico de organización social. En casi todos ellas, dice Rodríguez, las instituciones se muestran incapaces de encauzar la vida social en el marco jurídico de un Estado de derecho  y ello delata  una grave crisis latente que amenaza con hacer saltar por los aires unas estructuras ancladas  en un ultraliberalismo y  economía globalizada,  disimulada con la tapadera de una  democracia formal que encubre las presiones,  decisivas y determinantes  en la práctica,  de las grandes multinacionales y grupos financieros que sojuzgan y coartan las facultados de los Estados-nación, incapaces como son de hacer frente en solitario al reto de los poderes incontrolables del dinero y de la técnica que,  a partir del atentado del  11-S, en aras del tótem de las seguridad, amenazan además con hacer retroceder el humanismo a estratos que se creían superados hace siglos. Rodríguez se muestra tan pesimista que propone como único remedio buscar un marco normativo global para la política, la economía y  la seguridad que actuaría a través de instituciones internacionales. En el fondo instaurar un  nuevo orden mundial impuesto mediante una acción política global. Algo utópico por el momento.

"Las instituciones se muestran incapaces de encauzar la vida social en el marco jurídico de un Estado de derecho y  economía globalizada,  disimulada con la tapadera de una  democracia formal que encubre las presiones,  decisivas y determinantes  en la práctica,  de las grandes multinacionales y grupos financieros"

Todos coinciden, sin embargo,    en que es necesario cambiar. Y  volviendo a nuestro país, es obvio que el cambio es acuciante. Como sugiere José Mª Ridao en la obra comentada,  la ola de populismo devastador  hizo ruidosas protestas y manifestó de diversas formas su justa indignación, pero a la hora de proponer cambios quedan bloqueados, delatando su esterilidad con unas propuestas quiméricas,  incoherentes e irrealizables. No se trata de marchar hacia un futuro inédito de la democracia, no se  trata de destruir --como decían los viejos revolucionarios-- lo existente sin saber con qué sustituirlo, no tiene lógica la voladura de lo actual y una refundación de lo mismo cuando los objetivos, libertad y democracia, no han variado. Pero tampoco se puede quedar impasible ante la cuestionada representabilidad real de los ciudadanos,  el descrédito de los políticos, la corrupción, la invasión del espacio del tercer poder, la burbuja especulativa que enriquece impunemente al que la crea  y castiga al que la sufre... Hay un clamor colectivo por  regenerar el sistema, restaurar sus atributos más auténticos y potenciar sus valores esenciales, democracia, participación, transparencia, honestidad etc. que los políticos y los partidos han traicionado.
En esta línea de regeneración genuina de las esencias democráticas, como en otra época difícil de nuestra convivencia, la Restauración, hizo otro notario excepcional Joaquín Costa, se mueven las inquietudes de algunos de los miembros del Consejo de Redacción de esta revista y del exitoso blog Hay Derecho que dimanó de su seno para independizarse y seguir un brillante curso en las redes sociales haciendo  agudas críticas y sutiles sugerencias en orden a la regeneración democrática de las instituciones que componen el entramado político del país. Son ya cuatro años de posts incisivos, punzantes, irónicos, sutiles y cargados de razón que han analizado el devenir de las instituciones y de las conductas y las decisiones político-sociales adoptadas  en  este país con profusión de matices, exploración de soslayos, desvelación de imposturas y propuesta de soluciones.
Hoy, bajo el mismo título del blog jurídico mas visitado ¿Hay Derecho? (Ed. Península, 2014), y como subtítulo revelador La quiebra del Estado de derecho y de las Instituciones en España,  y designando como autor al famoso bachiller cervantino Sansón Carrasco, pseudónimo que encubre la autoría de los cinco editores del blog, Elisa de la Nuez, Fernando Gomá Lanzón, Ignacio Gomá Lanzón, Fernando Rodríguez Prieto y Rodrigo Tena Arregui, todos ellos eminentes profesionales del derecho y acreditados columnistas, Ediciones Península ha tenido el acierto de sacar a la luz una obra de máxima actualidad con vocación de bestseller, que pone el dedo en la llaga de los problemas que aquejan a la sociedad española y que los políticos no son capaces de arreglar. Los autores son juristas, el blog pregunta por el Derecho, y el subtítulo del libro delata la inquietud esencial de los autores por la situación del Estado de Derecho, porque como muy bien razonan en una Introducción luminosa que  más que un introito o portal de acceso es una lección magistral, al alcance también de los no iniciados, de lo que es el Estado de Derecho y del entramado de poderes,  en equilibrio autocompensado por normas,  que constituye la médula de la democracia. 

"Tampoco le tiembla el pulso para denunciar con valentía y decisión cosas tan graves como la obscena politización de los Tribunales, la sospecha de cierta legislación premeditadamente imprecisa o ambigua, las amenazas latentes contra  la independencia de los funcionarios, el caso del escudo fiscal de la infanta  o el uso arbitrario del indulto o de la propia Ley"

Y no es un libro académico o dogmático. Es todo un  tratado de doctrina política, sí, pero  expuesta en lenguaje comprensible y llano y en tono siempre comedido,  que no elude, cuando es necesario, epítetos deshonrosos ni rehuye la inclusión de algunas conductas en categorías descalificantes como hipocresía, cinismo, impunidad o desvergüenza. La exposición se entrelaza con la historia de nuestra joven democracia y su evolución desde sus orígenes, delatando errores congénitos como el café para todos o el germen de la feroz partitocracia que hoy nos asola, hasta el momento actual en que se han multiplicado desaforadamente sus vicios, como la politización de Tribunales y Agencias, la corrupción sistémica, el agravio comparativo, el trato de favor a los poderosos, la falta de respeto a las normas, la opacidad y el desprecio a la ética, hasta el punto de que el Estado de Derecho que ilusionadamente se fraguó hace poco más de tres décadas está en proceso de desmantelamiento progresivo tanto en su faceta institucional como territorial.
No elude Sansón Carrasco dar nombres.  Alierta, Luis de Rivero, los Albertos, Enrique López,   Alfredo Sáenz y la infanta Cristina de Borbón, entre otros,  son citados  en sus páginas y denunciada  su conexión aparentemente anómala con las reglas de un Estado de derecho. Y tampoco le tiembla el pulso para denunciar con valentía y decisión cosas tan graves como la obscena politización de los Tribunales, la sospecha de cierta legislación premeditadamente imprecisa o ambigua, el trato de favor a los grandes defraudadores, las presiones contra la independencia de jueces y fiscales, las amenazas latentes contra  la independencia de los funcionarios, el caso del escudo fiscal de la infanta  o el uso arbitrario del indulto o de la propia Ley (lex ad hoc) dando pruebas concretas de la denuncia.  

"No elude, cuando es necesario, epítetos deshonrosos ni rehuye la inclusión de algunas conductas en categorías descalificantes como hipocresía, cinismo, impunidad o desvergüenza"

No duda en afrontar  con valentía casos de corrupción,  como los ERES de Andalucía o lo del Juez Estevill etc. aunque se echa en falta  ---y esperemos que llegue en próximas entregas, porque Carrasco, aunque censuró con el cura la biblioteca quijotesca, no es sospechoso de sectarismo--- encarar el tema Bárcenas, o Gürtel, o los casos catalanes y valencianos,  o los penosos anales de Caja Madrid, cuya bochornosa historia merece capitulo aparte y no puede entenderse englobada, con todas las demás cajas, en el análisis,  por otro lado ejemplar,  de Caja-Segovia que corona la obra brindando al lector un desenlace final con dos escenarios posibles, el desgraciadamente probable de dilución de responsabilidades y el utópico de depuración de conductas y resarcimiento de daños, casi impensable en un estado de derecho  quebrado como augura el certero titulo del libro
No trata Sansón Carrasco con sus críticas, severas y a veces ásperas,  de hacer una voladura del estado de derecho, de la democracia existente o de sus actuales instituciones por más que estén contaminadas, degradadas y aun arruinadas.  Tampoco de sustituir el actual sistema por otra inédito  de marcha atrás o hacia un futuro incierto  que pueda perder de vista los objetivos inmutables de democracia y libertad, como parecen proponer  Stephane Hessel o Sergio González. Pero sí de regenerar o expurgar las instituciones,  renovar la estructura política, bucear en las esencias de la democracia, acotar los límites del poder, ser intransigentes con la  corrupción, con los abusos de poder, con la estafa financiera y con la justicia intervenida.  Hay que exigir una regeneración autentica de la vida política: transparencia, participación, rendición de cuentas, responsabilidad, ejemplaridad respeto a la ley, etc.   y ello depende de cada ciudadano, cree Sansón Carrasco, todos debemos reaccionar, indignarnos y exigir el cumplimiento de la ley.  Y ojala este nuevo Sansón Carrasco, a quien recomendamos identifique correctamente  al aprovechado (cui prodest),  consiga hacer retornar a su punto de partida,  al día en que se estrenaron impolutos,  esta democracia y este maltrecho estado de derecho,  abandonando la peligrosa senda de abusos y corrupción por donde ha campado libremente en las ultimas décadas.  Aunque no conviene olvidar  que el Sansón Carrasco cervantino no consiguió su objetivo con razones, tuvo que recurrir a las mismas armas del descarriado.

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