ENSXXI Nº 56
JULIO - AGOSTO 2014
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- Categoría: Revista 56 , Editorial
El Real Decreto Ley de 8/2014, de 4 de julio, de aprobación de medidas urgentes para el crecimiento, la competitividad y la eficiencia, ha puesto fin a una grave injusticia fiscal que se venía produciendo en los últimos años en relación con la dación de inmuebles en pago de deudas hipotecarias.
Su artículo 122 modifica el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y, con efectos desde el 1 de enero de 2014 y ejercicios anteriores no prescritos, declara exentas las ganancias obtenidas con ocasión de la dación en pago de la vivienda habitual para la cancelación de deudas garantizadas con hipoteca que recaiga sobre la misma, siempre que el propietario de la vivienda habitual no disponga de otros bienes o derechos en cuantía suficiente para satisfacer la totalidad de la deuda y evitar la enajenación de la vivienda.
Y, en el mismo sentido, el artículo 124 modifica la Ley Reguladora de las Haciendas Locales para declarar exentas estas daciones del Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Bienes Urbanos.
La revista El Notario del Siglo XXI, desde la época en la que todavía nuestros políticos discutían sobre si existía o no crisis en España, a través de editoriales y numerosos artículos de opinión de diversos colaboradores, ha venido denunciando la gravísima injusticia que suponía someter a una altísima tributación, por unas ganancias derivadas de valorar la vivienda en función no de su valor de mercado sino del importe de la deuda satisfecha, a quienes se encontraban en la angustiosa situación, ante la imposibilidad de hacer frente a su hipoteca, de perder su vivienda.
Como ha reiterado esta revista, se trataba de una tributación injusta por unas ganancias existentes solo para los ojos de la Administración Tributaria y un auténtico encarnizamiento fiscal sobre los más desfavorecidos que perdían su vivienda y, en vez de quedar totalmente liberados, pasaban a ser, y a veces por cuantiosas sumas, deudores de la Hacienda Pública.
Aunque tarde, la reforma fiscal pone fin a una injusticia que no debería haberse producido y, en consecuencia, esta Revista, que espera haber tenido alguna influencia en la medida, no puede dejar de congratularse.