No cabe duda de que una de las novedades más importantes del curso que acaba de comenzar dentro del ámbito jurídico es el de la jurisdicción voluntaria. Son muchos los expedientes que la Ley 15/2015 ha desjudicializado, y de un gran impacto en la vida ordinaria de los ciudadanos españoles. La Ley no solo va a lograr una mayor celeridad en la tramitación de los mismos, sin merma de garantías, sino que además va a contribuir a descargar a los juzgados españoles de una ingente cantidad de trabajo no propiamente jurisdiccional, en beneficio de todos.
En el número anterior iniciamos el comentario de esos nuevos procedimientos, analizando las modificaciones en la declaración notarial de herederos y la intervención del notario en el matrimonio. En este número continuamos con la separación y el divorcio notarial, la adveración del testamento ológrafo, el procedimiento de obtención de la ejecutividad del crédito, la constancia del régimen económico matrimonial, así como el tema de la competencia notarial en los expedientes sucesorios. En los próximos números seguiremos dedicando abundante espacio al examen de esta materia crucial, pues son muchas las cuestiones que el legislador ha confiado a los notarios en este ámbito.
La Ley ha constituido una prueba evidente de que cuando hay verdadera voluntad de apertura a la sociedad civil dentro del proceso de elaboración normativa el resultado final puede ser enormemente positivo. Todos los cuerpos de funcionarios y profesiones jurídicas afectados han sido escuchados, colaborando generosamente a la consecución del interés colectivo, dentro, lógicamente, de las respectivas sensibilidades y diferentes puntos de vista que ostenta cada uno dentro del tráfico jurídico. Eso no quita, lo que resulta comprensible en una materia tan novedosa como esta, que la Ley adolezca de ciertas lagunas o imprecisiones, que solo la práctica o el inevitable desarrollo reglamentario contribuirán a despejar. Todavía hay mucho trabajo de definición normativa y científica por hacer.

"La entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria puede constituir un antes y un después en el ejercicio de la profesión notarial en España"

Pero aun más importante va a ser el trabajo práctico del día a día. Lo que nos gustaría destacar en este momento, en el que se da el pistoletazo de salida a la actuación notarial en esta materia, es que la entrada en vigor de la Ley de Jurisdicción Voluntaria puede constituir un antes y un después en el ejercicio de la profesión notarial en España, y que a los notarios corresponde decidir si tal cosa va a ser un éxito o no. La sociedad española ha confiado en los notarios el desempeño de muchas actuaciones que hasta ayer mismo desempeñaban los jueces. Para estar a la altura los notarios van a necesitar aplicar un esfuerzo suplementario y un mínimo proceso de adaptación con la finalidad de gestionar expedientes y situaciones que sin duda tienen sus particularidades. No es posible trasladar mecánicamente pautas de actuación adecuadas a la formalización negocial o a la simple constatación de hechos a fenómenos complejos en los que el conocimiento y manejo de ciertas situaciones fácticas o su impacto sobre determinados terceros adquieren una relevancia especial. Pensemos simplemente en la trascendencia de la notificación en el procedimiento de obtención de la ejecutividad del crédito, o en la investigación y calificación de las particularidades de la sucesión en la designación del contador partidor dativo y en la subsiguiente aprobación de la partición, por no citar otros expedientes en los que se plantean cuestiones parecidas.
Estamos convencidos de que, como siempre ha ocurrido en ocasiones semejantes, los notarios españoles estarán a la altura. Desde esta revista vamos a prestar toda nuestra colaboración, tanto con la finalidad de ayudar en lo posible en la resolución de todos los problemas prácticos y doctrinales que se planteen, como en la divulgación entre la ciudadanía de las nuevas posibilidades que ofrece esta ley, cuyo éxito final, sin duda alguna, nos interesa a todos.