ENSXXI Nº 9
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2006
ANTONIO FERNÁNDEZ-GOLFÍN APARICIO
Notario de Madrid y ha sido Decano del Colegio Notarial de Madrid
El vivir diario de nuestra Biblioteca permite afirmar que “es algo más que una biblioteca”. La profesionalidad y formación de quienes, a lo largo del tiempo, la han atendido y atienden ha propiciado que el concepto de biblioteca como lugar de almacenamiento, catalogación y puesta a disposición de monografías o publicaciones solicitadas se haya quedado estrecho para la Biblioteca del Colegio Notarial de Madrid. Con ser abundantes y relevantes los fondos bibliográficos, su valor añadido está en la tarea efectiva de documentación.
Ya no se trata de dar respuesta a la petición de una determinada publicación, sino que la experiencia pone de relieve que el usuario normal busca información y orientación, cuando no solución a una cuestión concreta. Por eso no dejo de insistir a las Juntas Directivas en la importancia, en la necesidad mejor, de que el personal destinado a la Biblioteca cuente con una amplia formación no sólo en el campo de la biblioteconomía sino en el campo del Derecho.
El reto de la Biblioteca, para los años venideros, será el de convertirse en un instrumento auxiliar para el trabajo diario de los notarios del Colegio. Ello exigirá una mayor colaboración de la comisión de cultura y el reconocimiento explícito de la función de documentalista que cumple la Biblioteca. Así hay que valorar el esfuerzo (con un resultado aún insuficiente) para dotar al Colegio de una base de datos específica de legislación y jurisprudencia. Conseguir mejorar esa base elemental de datos con una adecuada asignación de descriptores que permita utilizar criterios de búsqueda selectiva constituye, sin duda, una prioridad.
Junto a esa labor diaria, me gustaría destacar la labor ejemplificadora. El hecho de que los notarios de Madrid cuenten con una magnífica Biblioteca, bien dotada, bien atendida, cómoda y funcional, constituye sin duda un estímulo para que, dejando a un lado el quehacer diario, se embarquen en esa tarea sin límite que constituye el estudio y la investigación. De ahí la responsabilidad de quienes nos ocupamos directamente de ella de propiciar ese estímulo mediante la adquisición de nuevas obras y la apertura de nuevos horizontes a otras ramas del Derecho y de los sistemas jurídicos que permitan seguir reconociendo la formación integral que siempre se ha predicado de los notarios.