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ENSXXI Nº 119
ENERO - FEBRERO 2025
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Algo más que animales de compañía
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Doctor en Derecho. Abogado
jcmortega@gmail.com
En España se estima que hay unos treinta millones de mascotas, de hecho, según el Instituto Nacional de Estadística, el 43% de los hogares españoles tiene algún animal de compañía. Es paradójico que el número de animales supere con creces al de niños y esta realidad es perfectamente observable por todos.
La compañía de un animal doméstico depara para su propietario y su entorno familiar innegables mejoras en la salud mental y física de estos, especialmente para las personas que padecen trastornos neurológicos o del desarrollo, generando un valor socioeconómico para la sociedad al reducir el número de consultas médicas y el tiempo de recuperación de cirugías. De hecho, se ha constatado que la relación con animales domésticos mejora la presión arterial, incrementa la dopamina y las endorfinas en nuestro organismo. Todo ello, sin tener en cuenta el avance notable que experimentan las personas, singularmente las de mayor edad y los niños con necesidades especiales.
“La compañía de un animal doméstico depara para su propietario y su entorno familiar innegables mejoras en la salud mental y física”
La Ley 17/2021, de 15 de diciembre, de modificación del Código Civil, la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil, sobre el régimen jurídico de los animales, junto con la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales (conocida como Ley de Bienestar Animal), han supuesto un cambio de paradigma respecto al tratamiento jurídico de los animales (sean salvajes o domésticos), especialmente de las mascotas, teniendo incidencia en muchas sentencias relacionadas con rupturas matrimoniales.
Nuestro legislador ha optado por alejarse de la simple concepción de bien mueble o cosa que recogía nuestro Código Civil e incide en catalogar a los animales como seres vivos dotados de sensibilidad, siguiendo otros ordenamientos europeos (Francia, Alemania, Bélgica o Portugal, por ejemplo). Es más, el artículo 13 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea exige a los Estados miembros que respeten las exigencias comunitarias en materia de bienestar de los animales como “seres sensibles” que son, pero distanciándose de otras formas de vida, como la que tienen las plantas.
Sin duda, tras la reforma del Código Civil español, como indica el preámbulo de la Ley 17/2021, los animales están sometidos solo parcialmente al régimen jurídico de los bienes o cosas, siempre que dicho régimen sea compatible con su naturaleza de ser vivo dotado de sensibilidad, ciñéndose singularmente la normativa a los llamados “animales de compañía”, expresión recogida en el Convenio Europeo sobre protección de animales de compañía, de 13 de noviembre de 1987.
“Nuestro legislador ha optado por alejarse de la simple concepción de bien mueble o cosa que recogía nuestro Código Civil e incide en catalogar a los animales como seres vivos dotados de sensibilidad”
Aunque la reforma del 2021 es la que más interesa a los juristas y docentes en Derecho civil, no es menos cierto que la Ley de bienestar animal de 2023 ha dado un notable impulso a la responsabilidad del propietario, poseedor o titular de cualquier otro derecho sobre un animal, debiendo respetar su cualidad como ser sintiente. Esta última norma se refiere especialmente a perros y gastos (aunque también podemos hablar de hurones, conejos, peces, etc.) que por integrarse en el núcleo familiar (art. 26), dentro de su singularidad, deben tener libre acceso a establecimientos y transporte junto con sus dueños, una reivindicación razonable que dificultaba el tránsito de las personas.
Es evidente que “El tratamiento especial de los animales de compañía responde a una realidad, por tremendamente humana, de reconocimiento inexcusable. En ellos el vínculo entre hombre y animal es tan intenso e íntimo que puede penetrar en las mayores profundidades psíquicas de la dimensión afectiva de la vida, lo cual no solamente es lícito sino valorable y acreedor a la tutela jurídica” (1). Por tanto, ¿qué derechos asisten a los animales como seres con sensibilidad? “Buen trato, respeto y protección, inherentes y derivados de su naturaleza de seres sintientes” (art. 2).
Por otra parte, puesto que hay que buscar su bienestar y no el maltrato, no se pueden dejar atados los perros en las puertas de los supermercados o dejarlos encerrados en un vehículo o en malas condiciones térmicas que pongan en peligro su vida, lo que incluye dejarles sin supervisión durante más de 24 horas. Tampoco se puede mantener a los animales de forma permanente en sótanos, terrazas, patios, balcones o lugares similares. Es más, se negará la guarda conjunta de los progenitores cuando alguno de ellos esté incurso en un proceso de maltrato animal (art. 92. 7ª CC).
Existen otras prohibiciones y sanciones tipificadas por la Ley, así como animales excluidos de la norma que han generado un agrio debate como los destinados a espectáculos taurinos o a la caza, temas que exceden de nuestra pretensión en este artículo.
“Ahora las sentencias de nulidad, separación o divorcio, en defecto de acuerdo de los cónyuges, determinarán, entre otras medidas: ‘el destino de los animales de compañía’”
Resoluciones judiciales en materia de asignación de animales de compañía
Anteriormente a la entrada en vigor de la Ley 17/2021, ante situaciones de ruptura matrimonial o de parejas de hecho, los tribunales de justicia se inclinaban por declarar la copropiedad de la mascota, como si fuera una custodia compartida, sin que existiera un patrón generalizado al que ceñirse. Por dicha Ley, se modificaron diversos artículos del Código Civil relativos a la nulidad, separación, divorcio y al régimen económico matrimonial (arts. 90, 91, 92 y 94 bis), regulándose igualmente, los procesos matrimoniales en los artículos 771 y 774 de la LEC.
Ahora, las sentencias de nulidad, separación o divorcio, en defecto de acuerdo de los cónyuges, determinarán, entre otras medidas: “el destino de los animales de compañía”, las cuales podrán ser modificadas cuando se alteren sustancialmente las circunstancias al respecto (art. 91 CC). Por ello, el nuevo artículo 94 bis CC indica que la autoridad judicial puede confiar el cuidado de los animales de compañía a uno o ambos cónyuges y, además, puede fijar la forma en la que el cónyuge al que no se le hayan confiado pueda tenerlos consigo, así como el reparto de las cargas asociadas al cuidado del animal, siempre atendiendo al interés de los miembros de la familia y al bienestar del animal, con independencia de la titularidad dominical de este y de a quién le haya sido confiado su cuidado (cfr. art. 103 1º bis CC). Esta circunstancia se hará constar en el correspondiente registro de identificación de animales (2).
Ciertamente, el asunto más controvertido es la asignación de la propiedad del animal. A este asunto se han referido algunas recientes resoluciones judiciales, que enfatizan que a falta de acuerdo en el convenio regulador debe aplicarse la nueva regulación y, en función de la misma, determinar que los animales son un bien común, que permite al comunero, por ejemplo, reclamar al condómino la contribución proporcional a los gastos de mantenimiento del animal, si no existe ninguna prueba de renuncia a la propiedad o donación y no figura transferencia de propiedad en el Colegio de Veterinarios (SAP de Las Palmas, 22ª, de fecha 24 de marzo de 2021).
“Las resoluciones judiciales ponen de relieve que las mascotas no son simples bienes materiales, sino seres vivos con un vínculo afectivo profundo, tanto con sus dueños como con el entorno familiar”
La separación de un animal de uno de sus dueños puede conllevar un sufrimiento innecesario al animal al verse privado de forma brusca de la persona que le ha cuidado exclusivamente en los últimos años, sosteniendo los tribunales que no se está ante la entrega de una cosa sino de un ser vivo, dotado de sensibilidad, al que hay que asegurar su bienestar (Sentencia Juzgado de Primera Instancia de Oviedo nº 11, de 13 de enero de 2022, nº recurso 339/2021, nº resolución 9/2022).
Amparándose en el nuevo marco normativo, la reciente sentencia de 19 de septiembre de 2024, dictada por el Juzgado de 1ª Instancia 68 de Madrid (Resolución 308/2024), estableció la custodia compartida tras el divorcio y a falta de acuerdo, cada uno, tendrá al animal en su compañía la mitad de cada mes, siendo responsable de los gastos de alimentación y peluquería durante ese periodo. Los gastos de vacunación, seguro de responsabilidad civil y los extraordinarios serán satisfechos al 50%. Además, supuso un hecho histórico al ser la primera indemnización por daño moral ocasionado por la ruptura unilateral del hombre, ascendente a la suma de 60 euros por cada mes que la mujer no pudo ver al animal (cfr. SAP de Madrid en SAP nº 622/2023, de 26 de junio).
Otro fallo interesante tuvo lugar por la SAP de Pontevedra de 3 de noviembre (526/2023), donde se confirmó la imposición de una pensión mensual de 40 euros para el mantenimiento de una mascota tras la disolución de un matrimonio. La resolución reconoció que los gastos veterinarios, debían ser compartidos por ambos excónyuges, con independencia de quién tuviera en su poder al animal.
Las anteriores resoluciones judiciales ponen de relieve que las mascotas no son simples bienes materiales, sino seres vivos con un vínculo afectivo profundo, tanto con sus dueños como con el entorno familiar de estos.
Aplicación de las leyes sobre protección animal en los convenios reguladores de separación y divorcio notariales
Dentro de la actuación del notario en las escrituras de separación y divorcio que autoriza se encuentra el brindar un asesoramiento cabal e imparcial a los otorgantes, a los que debe asistir e informar de las posibilidades legales que tienen en la esfera patrimonial, familiar y ahora, también, respecto a la custodia de los animales domésticos (art. 145 RN).
Aunque en este aspecto, la intervención del abogado y/o abogados de las partes seguramente lo tendrán en cuenta, es conveniente que el notario repare en este asunto al repasar el convenio regulador que presenten aquéllos. En este sentido, se incluyó en el art. 90, núm. 1, una nueva letra b) bis, que determina que entre el contenido obligatorio que debe reflejar cualquier convenio se encuentra: “El destino de los animales de compañía, en caso de que existan, teniendo en cuenta el interés de los miembros de la familia y el bienestar del animal; el reparto de los tiempos de convivencia y cuidado si fuere necesario, así como las cargas asociadas al cuidado del animal”.
“En todos los convenios reguladores de separación y divorcio sería oportuno realizar una advertencia a las partes por el notario, o la inclusión, de que no existen animales de compañía en el núcleo familiar”
Este detalle debe incorporarse, imperativamente, en todos los convenios reguladores de separación y divorcio y por ello, sería oportuno, realizar una advertencia a las partes por el notario, o la inclusión, de que no existen animales de compañía en el núcleo familiar. Téngase en cuenta que, si los acuerdos fueran gravemente perjudiciales para el bienestar de los animales, la autoridad judicial podrá adoptar las medidas que considere convenientes, sin perjuicio del convenio aprobado (art. 90. 2 CC).
El consignar en los convenios de forma pormenorizada la forma de asunción de las cargas por el cuidado de los animales de compañía evitará sanciones en el futuro, como hemos comprobado en el epígrafe anterior.
Asesoramiento notarial respecto a la sucesión de animales
Resulta pertinente traer a colación la introducción en el Código Civil de un nuevo artículo, el 914 bis, relativo a la sucesión de los animales de compañía. Refiere el párrafo primero que “A falta de disposición testamentaria relativa a los animales de compañía propiedad del causahabiente, estos se entregarán a los herederos o legatarios que los reclamen de acuerdo con las leyes”. La verdad es que en más de 40 años trabajando en diversas notarías nunca he visto ni preguntado a los clientes a la hora de hacer su testamento si tenían perros o gatos, y qué previsión respecto a los mismos querían establecer. Por eso, la expresión “a falta de disposición testamentaria” sugiere o recomienda reparar en este asunto no menor.
Se busca proteger al animal, garantizar su cuidado y atención. Si ningún heredero pudiese hacerse cargo de él, habrá que entregarlo al órgano administrativo competente. Además, si más de un heredero reclamase el animal de compañía y no existiese acuerdo unánime sobre el destino del mismo, la autoridad judicial decidirá su futuro teniendo en cuenta el bienestar del animal, extremo que se solventaría si el testador lo reflejase en el documento notarial.
Llamamos la atención respecto al testamento como vehículo adecuado para definir qué queremos hacer con nuestra mascota, recomendando el testamento notarial por su rigor y asesoramiento de un especialista jurídico.
En este momento nos viene a la mente el testamento del famoso diseñador de moda francés, Karl Lagerfeld, que dejó una parte de su herencia a la cuidadora de su gata Choupette, de tal cuantía que dicho animal cuenta con guardaespaldas, cuidadora, veterinaria y un cocinero personal.
“Llamamos la atención respecto al testamento como vehículo adecuado para definir qué queremos hacer con nuestra mascota, recomendando el testamento notarial por su rigor y asesoramiento de un especialista jurídico”
A este respecto ¿se puede nombrar heredero a nuestro animal de compañía? La respuesta es totalmente negativa, ya que, aunque los animales tienen ciertos derechos como hemos expresado, carecen de personalidad jurídica. Los animales de compañía, como cualquier otro bien, sí son perfectamente heredables y a falta de disposición testamentaria concreta serán los herederos los responsables de su destino.
No obstante, dentro del contenido del testamento si se puede designar a una persona como heredera o legataria para que se ocupe y cuide de la mascota, regulando la forma, contenido y cantidad destinada a su cuidado hasta su muerte y evitar que sea abandonada.
El notario, cuando surjan estas situaciones puede recomendar al testador establecer ciertas condiciones o cautelas en el testamento para garantizar el cuidado del animal de compañía, al que habrá que mencionar con su nombre y datos de registro, fijando los mecanismos de control que estime convenientes (art. 790 CC). Asimismo, puede sugerir al disponente que hable con alguno de los herederos, legatarios o albacea sobre el tema para que se hagan cargo del animal tras su fallecimiento, puesto que, como sabemos, el testamento no se hará público antes de quince días hábiles como mínimo.
Si el heredero o legatario no quisiera quedarse con el animal y no se hubiese previsto el nombramiento de sustitutos para ese caso concreto, habrá que cederlo a otra persona a través del documento adecuado, máxime, en el singular supuesto de los perros, dado que tienen incorporado un chip que va asociado a un titular y es preciso que en el citado registro de identificación de animales figure el actual titular del perro.
Hemos verificado que nuestras mascotas son durante años unas fieles compañeras de vida a las que incluimos en nuestro núcleo familiar como unos seres que sienten y nos hacen felices; pero también, hemos comprobado que el notario en su labor profesional puede proporcionar asesoramiento idóneo en los convenios de separación y divorcio, así como en los testamentos, con el fin de garantizar el tipificado bienestar animal.
(1) LINAGE CONDE, J.A., “Los animales en el ordenamiento jurídico”, EL NOTARIO DEL SIGLO XXI, Colegio Notarial de Madrid, núm. 87, septiembre-octubre 2019.
(2) REIAC es la Red Española de Identificación de Animales de Compañía. Es una asociación sin ánimo de lucro de las bases de datos de las 17 Comunidades Autónomas y las 2 Ciudades Autónomas de España. Tiene como fin la creación, desarrollo, gestión y control de una red informática nacional que facilite la interconexión de las distintas bases de datos de animales de compañía existentes en la Comunidades Autónomas españolas.
Palabras clave: Mascotas, Custodia, Testamento.
Keywords: Pets, Custody, Will.
Resumen Tras la promulgación de las Leyes 17/2021, de 15 de diciembre, sobre el régimen jurídico de los animales, y 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, la visión jurídica respecto a estos ha cambiado radicalmente, pasando de estar catalogados como simples cosas o muebles a tener el carácter de seres vivos dotados de sensibilidad. Este cambio ha incidido en su obligada inclusión en todos los convenidos de separación o divorcio, también los que se autorizan ante notario, cuyo hecho debe ser tenido en cuenta como evidencian las resoluciones judiciales. Abstract Following the enactment of Law 17/2021, of 15 December, on the legal framework concerning animals, and 7/2023, of 28 March, for the protection of the rights and welfare of animals, the legal perspective on animals has undergone a radical change, from their classification simply as things or items to the status of living and sentient beings. This change has led to their compulsory inclusion in all separation or divorce agreements, including those authorised before a notary, which must be taken into account as evidenced by legal rulings. |